¿Cómo fidelizar a tus empleados?

Cuando una empresa necesita cubrir un puesto de trabajo, normalmente se realiza un análisis del puesto en cuestión, se determinan las necesidades de la empresa, se busca a la persona ideal y se invierte tiempo y esfuerzo en conseguirlo.

Efectivamente, se dedica un gran esfuerzo para seleccionar al candidato ideal pero, y ¿luego? ¿Cómo se puede conseguir, desde el principio, un compromiso por parte del trabajador que repercuta en su bienestar y desempeño?

Para que se produzca esta implicación, deben darse cuatro características esenciales en la relación empleado-empresa:

  1. Coincidencia entre los valores que la empresa exige y los que aporta el candidato. Cuando un empleado se identifica con la misión y la visión de una empresa, se siente “parte de un todo” y aportará todo su potencial. Si tenemos en cuenta que los valores son los cimientos (difícilmente modificables) entenderemos la importancia de buscar candidatos cuyas creencias se adapten a la empresa. Siguiendo esta estructura, una persona orientada a la excelencia deberá trabajar en una empresa donde la excelencia sea parte de su cultura.

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  1. Un sueldo emocional adecuado. Cuando hablamos de sueldo emocional, nos referimos a si el empleado percibe como justa la relación entre lo que él ofrece y lo que recibe. Este aspecto es casi siempre subjetivo, es decir, va a depender de las creencias que cada empleado tenga. Como empresa ¿conocemos estas creencias? ¿Las evaluamos cuando hacemos la selección?
  2. Fomento del espíritu de equipo en el que existan objetivos individuales, claramente definidos, que contribuyan al logro de los objetivos grupales. Cuando hablamos de objetivos grupales definamos los del equipo de trabajo, el departamento y la empresa.
  3. Un líder que motive positivamente a sus empleados, transmitiéndoles su confianza en la capacidad de cada uno. De hecho, entrenar a los mandos intermedios y a los directivos en esta habilidad emocional es la clave.

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El nivel de implicación de los empleados va a aumentar o a disminuir en la medida en que se dé o no cada uno de estos aspectos. Dicha implicación influirá, de este modo, en su rendimiento a medio y largo plazo.

Las empresas buscan personas con talento: aquellas que hacen lo que hacen porque lo disfrutan. Si, como se demuestra, lo difícil no es captar al candidato ideal sino mantenerlo y fidelizarlo, podríamos hacernos la siguiente pregunta:

“¿Está la empresa de hoy en día preparada para asumir este reto?”